jueves, 21 de febrero de 2008

Desahogos 1era parte

  Algo que de verdad me molesta de las iglesias evangélicas neopentecostales (no todas, claro) es que muchas veces no se respeta la vida íntima de sus congregantes, ¿por qué tiene toda la iglesia que enterarse de que fulanita se embarazó de perenganito, de que el pastor engañó a su mujer con la que recogía las ofrendas, que a Pancrasio lo vieron salir de un hotel con su novia?Bueno, mi enfado no es porque la gente se entere de la vida personal de otra gente, sino del modus operandi de la iglesia frente a estas situaciones, sólo lo hacen del dominio público, pero hasta allí. Después de tantos siglos se sigue quemando gente. 

 Qué curioso, muchos miembros de la iglesia evangélica se opusieron rotundamente a la despenalización del aborto, y se seguirán oponiendo, pero mucha de esa gente es la misma que cuando Petrita se embarazó antes de casarse la retiraron de cualquier labor que estuviera ejerciendo en la congregación,  y además la señalaron. ¿Quién entiende entonces? Ah, bueno, este caso tiene sus excepciones, si es la hija del pastor a la que le ocurrió esto, pues no hay problema, pero si le pasó a Petrita, entonces la cosa cambia. Porque en el reino de los cielos Petrita podrá ser igual a la hija del pastor, pero en la iglesia no, en la iglesia claro que hay jerarquías.

  Hoy hablé de Petrita, otro día hablaré de los que por cantar dos o tres coritos los domingos en la iglesia ya quieren dar conferencia de prensa y toda la cosa. Ja ja ja, lo siento, tenía que escribir algo.